domingo, 31 de mayo de 2015

#Adolescentes
ESCUCHAR SIN JUZGAR

Por Baudilio Brcamontes
Psicólogo Clínico



Todos sabemos de primera mano el torrente de emociones y cambios que pasamos en la adolescencia, de hecho la palabra adolescente proviene del Latín adolescens o  adulescens que traducimos de manera casi literal como crecimiento o juventud y que nos designa un momento crucial en nuestro desarrollo, pasamos de niños a adultos, de tener pocas responsabilidades  a una agenda apretada de compromisos y actividades importantes en nuestra vida; y como guinda en el helado, nuestro cuerpo que nos pide y exige cambios trascendentales. 






Erróneamente pensamos que Adolescente es sinónimo de Adolecer o padecer, y que esto explica el por que esta etapa es tan difícil de trascurrir, pero no es así la traducción literal habla de un proceso de crecimiento y si bien habla de cambios, no los etiqueta o clasifica, simplemente habla de una etapa de crecimiento.


Pero esto no nos dice nada, definir la palabra no nos prepara para esta etapa que sufrimos nosotros y nuestros padres también, o nuestros hijos y nosotros. Esta etapa esta marcada por muchas emociones fuertes, intensas, soberbias, humildes, delicadas y frágiles, pero también un momento de mucho aprendizaje tanto para padres como para hijos. Es en esta etapa donde reconocemos o descubrimos nuestro temperamento y nuestro carácter, cómo enfrentamos nuestros problemas dice mucho de nosotros, pero en tiempos de la adolescencia es necesario tener de cerca un tutor, pero no cualquier tutor o consejero, alguien digno de confianza y de su historia.

Varios autores de libros, blogs a lo largo del internet, psicólogos, trabajadores sociales y muchas otras personas que se encuentran en contacto con adolescentes han llegado a la conclusión de elaborar un Decálogo de trato con adolescentes, este puede realizarse junto con los jóvenes y redactarlo según sus necesidades, lo cual resulta una muy buena herramienta de trabajo en las actividades cotidianas. 

A manera de ejemplo expondré algunos puntos a tomar en cuenta para elaborarlo. Cualquier adolescente pide a “gritos” que se escuche su punto de vista, así que Escuchar antes de emitir juicio es una muy buena opción para iniciar este decálogo. 

Respetar sus emociones suele ser otro punto fundamental, por ejemplo el tema de enamoramientos y atracciones en esta edad resulta muy complicado; cualquier relación se tiene con “el/la indicado/a” y nosotros como adultos caemos recurrentemente en el error de criticar o inclusive burlarnos de sus emociones, podemos responder algo como: “¿tú qué sabes de estar enamorado/a?” o “estas muy joven para saber lo que es el amor” y así podemos enumerar infinidad de juicios o paradigmas. 

Los adultos fuimos adolescentes alguna vez, también nos enamoramos “del amor de mi vida” así que se vale escuchar y respetar sus emociones sobre cualquier situación que tengan la confianza de contarnos, y ganarse la confianza de un adolescente puede ser muy difícil pero también muy apreciado.

En otra línea de pensamientos para elaborar este listado, consideremos el hecho que nuestras palabras afectan a quienes nos rodean y que podemos afectar o edificar, un acuerdo tolteca reza así: sé impecable con tus palabras, según la creencia tolteca, nosotros emitimos magia blanca o negra con nuestras palabras, podemos crear o destruir a quienes nos escuchan y los adolescentes son muy perceptivos en este sentido, aplauden o sentencian nuestras palabras así que debemos ser muy cuidadosos con lo que decimos. 

Nuestras palabras las decimos cargadas de emociones, sentimientos o patrones de crianza, por esto debemos ser capaces de escoger correctamente nuestras palabras y ser lo suficientemente humildes para aceptar que nos podemos equivocar de la misma manera, debemos respetar las opiniones de los demás para entablar un dialogo de dos vías, los adolescentes no son muy buenos siguiendo ordenes, buscan negociar las ordenes y deben llegar a un acuerdo mutuo que los convenciese de seguirlas o no, y es por esto que deben inculcar en ellos el sentido de respetar otras opiniones.

Cualquier adolescente estará de acuerdo con este siguiente punto, y considero que varios adultos también lo estaremos, No comparar NUNCA con nadie o con ningún hermano/a, la frase “el hijo de… ya cerró la universidad y tiene tu edad…” o también “la hija de … siempre obedece a sus padres sin retar” y sus posibles variantes, son motivos de descontento con la mayoría de adolescentes, y lo que sucede es que estos comentarios hieren y deterioran el autoestima de quien los recibe; pensaría que esto también puede ser motivo de descontento para cualquier adulto de la misma manera, así que ¿por qué hacerlo con algún adolescente?, lo dejo a su criterio.

No comparar NUNCA con nadie o con ningún hermano/a


Cualquier ser humano responde mejor con la empatía, escuchamos mejor a una persona que nos dice, comprendo lo que dices y por qué piensas de la manera que lo haces, pero mi punto de vista es diferente. Trabajar la empatía construye la bondad y respeto por los demás, este aspecto funciona de dos formas: el adolescente se siente escuchado por una parte, y por la otra tiene un precedente para practicarlo con otras personas, logra repetir estas estrategias cuando se encuentra en diferentes grupos sociales. 

Cultiva la semilla de bondad en él o ella para que pueda practicarlo y valorarlo. Dentro de la empatía los padres pueden abordar el tema de la adolescencia propia, comentarle sobre los temas que se le presentaron durante esta etapa de crecimiento y lo difícil que esto fue, con esta perspectiva únicamente se debe tener cuidado de no compararla con la adolescencia en estos tiempos, cada época es diferente y no se puede comparar con ninguna. Hablarles del futuro, del futuro de cada quien, de cada ser humano; hacerles ver que las experiencias propias son eso, experiencias individuales y que las puede tomar como ejemplo pero que deben tomar sus decisiones.


Para concluir con estas sencillas sugerencias, consideremos esta última: Dejarle claro que se le quiere, que es su mayor bendición y la cuidará como nadie, que espera poderle dejar el mejor legado posible debido a este gran amor, a pesar que se lo ha dicho muchas veces siempre estará feliz de escucharlo. Que este amor no es por compromiso “porque eres mi hijo o hija” más bien enlistarle las cualidades que lo convierten en un ser único e irrepetible, en sus mejores cualidades como sus mayores dificultades y hacerle ver que todo esto es parte de un ser humano, que existe y trasciende. 

Sería muy gratificante tomar tiempos para compartir con cada hijo y prepáralo para el mundo que usted como padre conoce, hacer la salvedad “este fue y es el mundo que me tocó vivir el tuyo puede ser diferente”, y hacerle saber que estará siempre para cuando lo necesite. Ahora es su turno de completar este Decálogo para aclarar las reglas de casa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

    Acuerdo entre Chevron y Junior Achievement Guatemala beneficia a jóvenes con becas universitarias   Chevron líder en la industria ...