miércoles, 10 de mayo de 2017

Mamá, el rol fundamental en la comunicación de una familia

En el Día de la Madre, es importante que analicemos por qué ellas son trascendentales dentro de su familia y, por ende, en la sociedad.


Las madres adquieren una gran responsabilidad, desde el momento en que se enteran de sus primeros días de gestación hasta cuando nace el bebé y posteriormente, es uno de los pilares importantes en el desarrollo de sus hijos.

Una mamá es sinónimo de amor, comprensión, guía y una de las personas a quienes los hijos pueden considerar su mejor o gran amiga. Pero ello, dependerá de la comunicación y el lazo afectivo que ella haya forjado.

La mayor parte del tiempo la madre siempre está allí cuando la necesitan, desde que el pequeño da sus primeros pasos y tiene sus tropiezos, hasta la celebración de los grandes triunfos como la graduación de la secundaria y las que tienen la oportunidad de ver a sus hijos convertidos en profesionales, acontecimientos que se celebran y comparten una vez exista ese vínculo afectivo, aprendan a escuchar y conviertan la comunicación en un ejercicio diario.

Tomás García Castro, en su libro “Cómo Superarte con el Estrés Positivo” menciona que la llegada de un hijo suele ser considerada como una experiencia positiva, como una buena nueva para los padres. La paternidad llevará consigo también ciertas causas de estrés negativo que se deben conocer para que posteriormente se puedan manejar. Agotamiento extremo debido al empeoramiento del descanso nocturno y a la mayor dedicación del bebé durante el día, entre muchos aspectos más. Por eso, hay que hacer un esfuerzo por adaptarse a la nueva situación, comunicarlo y compartirlo con la pareja, todo es temporal porque en el futuro los hijos serán causa de grandes alegrías y satisfacciones y con ello, generadores de un intenso estrés positivo.

Es así como, una madre está presente en la vida de los hijos, no importa la edad que tengan. De esa forma, también la familia y el papel que desempeña cada uno de sus miembros es relevante, por lo que muy bien se puede hacer la comparación con una empresa para definir funciones, establecer metas y visualizar su futuro para que la rutina diaria tenga un propósito.

Con frecuencia se encuentran con ideas y valores que se desean incluir dentro de la familia, pero hay que tener cuidado, ya que solo se pueden enseñar aquellas cosas que tienen algún significado para los padres. Por esa razón, si quieren que sus hijos sean veraces, se debe inculcar ese valor, pero siempre dando el ejemplo en primer lugar.

Actualmente, para las madres modernas y competitivas, el poder compartir con sus hijos y su pareja se ha limitado; sin embargo debe tomarse en cuenta que lo más relevante en este asunto es la calidad de tiempo que le dediquen y para las que trabajan arduamente y el tiempo en la oficina les consume más de 8 horas de su jornada laboral, un buen consejo es que así como llevan una agenda en la oficina, también es necesario que puedan apartar esos momentos importantes para estar juntos, en especial si aún tiene pequeños; no es fácil pero se necesita hacer ese espacio, porque ninguna actividad podrá sustituir el gozo de crecer en familia.


Así, una madre es la que comunica amor, consiente pero también corrige, éste último es primordial para que los niños sepan la diferencia de las buenas y malas actitudes y que eso sirva para forjar los valores en los futuros trabajadores y ciudadanos, convirtiendo este proceso que lleva muchos años en un estrés positivo como lo indica Tomás García Castro.

Por eso, la forma de comunicación de las mamás es esencial, tomando en cuenta siempre el tono y manera, sin olvidar la asertividad en sus mensajes cuando felicita, llama la atención o simplemente conversa en un día cotidiano, porque sin duda alguna sus palabras serán fundamentales en la vida y éxito de sus hijos.



Gloria Mora Cano
Asesora en Comunicación Estratégica
gmora@comarketing.com.gt
@GloriaMora1


lunes, 1 de mayo de 2017

IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACION EN EL CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS


Durante toda la vida, la alimentación juega un papel esencial en el desarrollo del niño, pero aún más en momentos de crecimiento acelerado. En el transcurso del primer año, la lactancia materna, la introducción de alimentos nuevos y la transición a la comida de los mayores, deben controlarse para evitar problemas de nutrición.

El alimento ideal para el recién nacido es la leche materna. Ningún otro alimento puede sustituirla, ya que cubre las necesidades de energía, proteínas, vitaminas, minerales y agua, que necesita el bebé para crecer y desarrollarse adecuadamente. 

Contiene anticuerpos entre ellos las inmunoglobulinas, que tienen una gran importancia en el fortalecimiento del sistema inmunitario, y enzimas y hormonas, que son beneficiosas para el desarrollo y crecimiento del bebé. De los 4-6 meses se caracterizan por ser un período de crecimiento rápido, principalmente en el desarrollo del cerebro, y como la leche materna contiene aminoácidos y ácidos grasos, resulta ideal para satisfacer dichas necesidades.

La incorporación de alimentos sólidos es un proceso gradual, que debe comenzar en torno a los 6 meses de edad. A pesar de que la leche materna es suficiente durante los primeros meses, cuando el niño crece ya no aporta todos los nutrientes adecuados. También ayuda para que el  desarrollo de la  masticación y el habla. 

La calidad, cantidad y variedad de alimentos sólidos se va aumentando a un ritmo que, normalmente, impone el propio niño.  Los cereales son los primeros alimentos en incluirse en la dieta de los lactantes,  después  los purés de verduras y frutas y la carne. Si se amamanta al bebé durante los primeros 4 ó 6 meses de vida, habrá menos probabilidades de que desarrolle alergias. Los alimentos más propicios a causar reacciones alérgicas en niños sensibles son la clara del huevo y el pescado, que se incorporan generalmente después de los 12 meses.

En la pubertad,  aparece un aumento de apetito como consecuencia de los altos requerimientos de energía y nutrientes. Las necesidades nutritivas en la adolescencia vienen marcadas por los procesos de maduración sexual, aumento de talla y peso. Este desarrollo requiere una cantidad elevada de energía y de nutrientes. Toda esta situación se ve directamente afectada por la alimentación, que debe estar dirigida y diseñada para cubrir el gasto que se origina.
Acá algunos consejos para alimentarse bien en la adolescencia: variar al máximo la alimentación, comer ordenadamente, no saltarse ninguna comida, comer despacio, distribuir las calorías, que varían en función de la cantidad de grasa o de azúcares añadidos a los alimentos y de la forma de cocinarlos.


Licda. Gabriela Beltetón
Nutrición Pediátrica
Consultora de Lactancia Materna

Para más información y consultas: 
Edificio Multimédica clínica 1109
Tel.: (502) 2385-7665.

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