lunes, 1 de agosto de 2022

 

Alergia a la proteína de la leche: la más frecuente en menores de 2 años

 

                 Las alergias alimentarias tienen como causa un mal funcionamiento del sistema inmune.

                 Entre 220 y 520 millones de personas pueden estar sufriendo de alergia a los alimentos.

 


La alergia a la proteína de leche de vaca (APLV), es el trastorno alimentario más frecuente en lactantes y menores de 2 años. Se genera por una respuesta inmunológica exagerada ante las proteínas de los alimentos que contienen leche de vaca o sus derivados. Puede ocurrir con el consumo directo de la leche de la vaca por parte del niño, o en el caso de ser lactante, si su madre consume este tipo de productos.

“Cuando se presenta una alergia alimentaria el sistema inmunitario identifica algunas proteínas de leche como extrañas, lo que provoca la producción de anticuerpos de inmunoglobulina E, que neutralizan esa proteína extraña. Los anticuerpos de IgE las reconocen y le comunican al sistema inmunitario que libere histamina y otras sustancias químicas, lo cual causa los signos y síntomas de la alergia”, explica Francisco Herrera Morales, nutricionista de Dos Pinos.

Causas

Las proteínas que ocasionan la APLV, son la caseína hallada en la parte sólida de la leche, también se ve involucrado el suero, el cual se encuentra en la parte líquida de la leche que queda después de la precipitación de la caseína.

Herrera Morales dice que la APLV suele aparecer en edades tempranas, pero también puede desarrollarse en cualquier etapa de la niñez y la vida adulta. En el caso de niños menores de 1 año, el médico será la persona indicada para recomendar el alimento más adecuado para su alimentación.

“En la mayor parte de los casos, el problema es transitorio y aproximadamente 80 por ciento de los casos tolerarán las proteínas de la leche después de 12 meses; mientras que 20 por ciento las toleran hasta los 15 y 36 meses”, indica el experto.

¿Alergia o intolerancia a la lactosa?

La diferencia es fundamental entre estas dos afectaciones, y aquí la explicamos.

Intolerancia a la lactosa: se da cuando el organismo no tiene la capacidad de digerir y absorber el azúcar natural de la leche que se conoce como lactosa.

APLV: es una respuesta alérgica a una o más de las proteínas presentes en la leche de vaca.

 

Aunque comparten algunos síntomas, los personas que padecen de APLV, también pueden mostrar otras señales como erupción en la piel con picazón, sibilancias o secreción nasal y tos.

“A diferencia de la alergia a la proteína de la leche de vaca, en la intolerancia no interviene el sistema inmunológico. Las personas que tienen intolerancia a la lactosa no pueden digerir el azúcar (lactosa) que contiene la leche. A raíz de esto, pueden presentar diarrea, gases e hinchazón después de ingerir productos lácteos”, puntualiza Herrera.

Si ha detectado que usted o alguien de su familia tiene este padecimiento, se recomienda el consumo de leches y lácteos deslactosados.

 

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