jueves, 20 de agosto de 2015

Vitamina D para los adolescentes: no exagerar porque pueden surgir problemas




Dosificar a los adolescentes obesos con vitamina D no aporta ninguna ventaja para la salud cardíaca ni el riesgo de diabetes, pero puede conllevar consecuencias no deseadas, como aumentar el colesterol y los triglicéridos que almacenan grasa. Estos son los últimos descubrimientos de una serie de estudios realizados por Mayo Clinic sobre obesidad infantil. 
La Dra. Seema Kumar, endocrinóloga pediátrica del Centro Pediátrico de Mayo Clinic, se ha dedicado a estudiar durante 10 años los efectos de la suplementación de vitamina D en los niños, a través de cuatro ensayos clínicos y seis estudios publicados. Hasta la fecha, el equipo de la Dra. Kumar ha descubierto ventajas limitadas de la suplementación de vitamina D en los adolescentes. El último estudio, titulado “Efecto del tratamiento con vitamina D3 sobre la función endotelial en adolescentes obesos”, se publicó en el Internet en Pediatric Obesity (Obesidad pediátrica). 
“Después de tres meses de subir la vitamina D hasta el rango normal con suplementos, estos adolescentes no mostraron cambios en el peso corporal, ni el índice de masa corporal, ni en la medida de la cintura, ni en la presión arterial ni en la circulación sanguínea”, comenta la Dra. Kumar. “No negamos que existan vinculaciones entre la deficiencia de vitamina D y las enfermedades crónicas, pero todavía no las encontramos”. 
Uno de cada cinco adolescentes en Estados Unidos es obeso y más de 33 por ciento tiene sobrepeso, según la Revista de la Asociación Médica Americana. Varios estudios observacionales también han observado vinculaciones entre la deficiencia de vitamina D y una gama de complicaciones médicas relacionadas con el peso, entre ellas, enfermedades cardiovasculares y resistencia a la insulina. Por ello, tanto proveedores de atención médica como padres de familia y tutores suelen empezar a suplementar la vitamina en dosis altas con el afán de lentificar o revertir algunas complicaciones clínicas relacionadas con la obesidad. 
“Me sorprendió no descubrir más ventajas para la salud”, acota la Dra. Kumar. “No decimos que sea malo tomar suplementos de vitamina D en dosis razonables, sabiendo que la mayoría de adolescentes obesos tiene deficiencia de vitamina D, sino que todavía no se conoce su utilidad para mejorar la salud general de los muchachos”.  
Este es el primer estudio de la Dra. Kumar que informa un aumento en el colesterol y los triglicéridos con la suplementación de vitamina D, descubrimiento que ella considera podría atribuirse a la poca cantidad de niños participantes en el estudio y al plazo relativamente corto. La doctora hace un llamado para realizar estudios más grandes y controlados con placebo para examinar los efectos a largo plazo de la suplementación de vitamina D en niños y adolescentes.
Los padres de familia y los proveedores de atención médica suelen poner a los adolescentes obesos en regímenes de vitamina D, que en ocasiones superan entre 5 y 10 veces la ingesta diaria recomendada, debido a que algunos estudios mostraron una vinculación entre la vitamina D  presente en la sangre y mejor función vascular, explica la Dra. Kumar. La doctora optó por estudiar la vitamina D en los adolescentes con sobrepeso debido a que esa población corre más riesgo de sufrir enfermedades crónicas y a la creciente popularidad del compuesto como tratamiento homeopático o complementario para la obesidad.  
La Dra. Kumar añade que efectivamente es posible ingerir vitamina D en demasiada cantidad, afección conocida como toxicidad de vitamina D o hipervitaminosis, lo que puede derivar en mal apetito, náuseas, vómito y complicaciones renales. 

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