miércoles, 9 de enero de 2019


IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACIÓN EN EL CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS



Durante toda la vida, la alimentación juega un papel esencial en el desarrollo del niño, pero aún más en momentos de crecimiento acelerado. En el transcurso del primer año, la lactancia materna, la introducción de alimentos nuevos y la transición a la comida de los mayores, deben controlarse para evitar problemas de nutrición.
El alimento ideal para el recién nacido es la leche materna. Ningún otro alimento puede sustituirla, ya que cubre las necesidades de energía, proteínas, vitaminas, minerales y agua, que necesita el bebé para crecer y desarrollarse adecuadamente, contiene anticuerpos entre ellos las inmunoglobulinas, que tienen una gran importancia en el fortalecimiento del sistema inmunitario, y enzimas y hormonas, que son beneficiosas para el desarrollo y crecimiento del bebé. De los 4-6 meses se caracterizan por ser un período de crecimiento rápido, principalmente en el desarrollo del cerebro, y como la leche materna contiene aminoácidos y ácidos grasos, resulta ideal para satisfacer dichas necesidades.
La incorporación de alimentos sólidos es un proceso gradual, que debe comenzar en torno a los 6 meses de edad. A pesar de que la leche materna es suficiente durante los primeros meses, cuando el niño crece ya no aporta todos los nutrientes adecuados. También ayuda para que el  desarrollo de la  masticación y el habla. La calidad, cantidad y variedad de alimentos sólidos se va aumentando a un ritmo que, normalmente, impone el propio niño.  Los cereales son los primeros alimentos en incluirse en la dieta de los lactantes,  después  los purés de verduras y frutas y la carne. Si se amamanta al bebé durante los primeros 4 ó 6 meses de vida, habrá menos probabilidades de que desarrolle alergias. Los alimentos más propicios a causar reacciones alérgicas en niños sensibles son la clara del huevo y el pescado, que se incorporan generalmente después de los 12 meses.
En la pubertad,  aparece un aumento de apetito como consecuencia de los altos requerimientos de energía y nutrientes. Las necesidades nutritivas en la adolescencia vienen marcadas por los procesos de maduración sexual, aumento de talla y peso. Este desarrollo requiere una cantidad elevada de energía y de nutrientes. Toda esta situación se ve directamente afectada por la alimentación, que debe estar dirigida y diseñada para cubrir el gasto que se origina.


Acá algunos consejos para alimentarse bien en la adolescencia: variar al máximo la alimentación, comer ordenadamente, no saltarse ninguna comida, comer despacio, distribuir las calorías, que varían en función de la cantidad de grasa o de azúcares añadidos a los alimentos y de la forma de cocinarlos.

Licda. Gabriela Beltetón

Nutrición Pediátrica
Consultora de Lactancia Materna

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