LA EDUCACIÓN DIFERENCIADA
La educación diferenciada es un modelo educativo que separa a los
alumnos por sexo, a diferencia de los colegios mixtos o de conducción. Desde la forma de
aprender hasta en la forma de reaccionar y trabajar son diferentes entre los
sexos. Las diferencias biológicas,
hormonales y neurológicas se traducen en diferencias cognitivas entre los niños
y niñas, así como en diferencias en la forma en que procesan las emociones.
La educación diferenciada puede facilitar mejor
el aprovechamiento de las diferentes formas de aprender de cada alumno durante
las etapas clave de su desarrollo como son la infancia y la adolescencia,
proporcionando así una opción para cada alumno, pues permite atender de mejor forma a cada sexo en
las áreas para las que están mejor dotados.
En los años 70 proliferaron las escuelas mixtas, pero en el siglo
XXI se visto un incremento en la cantidad de escuelas diferenciadas. Estas favorecen una mejora en el aprendizaje
pues existe más homogeneidad en el aula, un ambiente más relajado y una mayor
concentración de parte de los alumnos, sobre todo en la Secundaria, etapa en la
cual la socialización de los sexos en el entorno escolar se torna muy
compleja.
Para aprender es necesario equivocarse y el entorno diferenciado
es positivo para el alumno quien se siente protegido de las burlas de sus
compañeros cuando se equivoca. Existen
diferencias en las formas que tanto niñas como niños utilizan para procesar
ideas, emociones y conceptos, así como para resolver problemas. Estas
diferencias para aprender y comprender deben ser aprovechadas desde el punto de
vista pedagógico.
La educación diferenciada facilita la implementación de
estrategias de enseñanza y aprendizaje idóneas para el sexo con el cual se
trabaja. Se puede tener en cuenta que
las chicas asumen responsabilidades con facilidad, necesitan un ambiente en
donde puedan conversar y trabajar en grupos pequeños. Los chicos, por el otro lado, necesitan más
actividad, un control más cercano, un entorno estructurado y más retos y
competitividad.
Cuando la enseñanza se adapta a la forma de aprender de cada sexo,
la igualdad de oportunidades se
convierte en una posibilidad real. Las
chicas reaccionan de forma más positiva a un entorno escolar centrado en el
aprendizaje y que amplía sus
oportunidades, mientras que los chicos se desarrollan mejor en un ambiente en
el cual no tienen el factor de distracción del sexo opuesto (sobre todo en la
Secundaria) ni tienen que competir con la superioridad académica de las
chichas. En otras palabras, la educación diferenciada proporciona una verdadera
igualdad de oportunidades para su desarrollo académico, personal y profesional.
Información proporcionada por: Licda. Esther de
Asturias, directora Liceo Secretarial Bilingüe